The Shrinking Giant: Fed’s Balance Sheet Dilemma

When the pandemic hit in 2020, the Federal Reserve unleashed one of the most aggressive liquidity waves in history. In a matter of months, its balance sheet exploded past $7 trillion, backstopping everything from Treasuries to mortgages. Markets went from panic to euphoria almost overnight. Stocks doubled, housing surged, crypto hit the stratosphere. The Fed wasn’t just the lender of last resort—it became the market’s safety net.

Fast forward to 2025: the tide is going out. The Fed’s assets have fallen to $6.6 trillion, the lowest since April 2020. That number may sound like progress, but context matters. It’s still $2.45 trillion above pre-COVID levels, a staggering 59% higher than the baseline of “normality.” In other words, the Fed has taken a step back, but it’s still standing inside the arena.

Cuando la pandemia golpeó en 2020, la Reserva Federal desplegó una de las olas de liquidez más agresivas de la historia. En cuestión de meses, su balance superó los 7 billones de dólares, respaldando desde Treasuries hasta hipotecas. Los mercados pasaron del pánico a la euforia casi de la noche a la mañana. Las acciones se duplicaron, la vivienda se disparó, las criptomonedas alcanzaron el estratósf́erico. La Fed no fue solo prestamista de última instancia: se convirtió en la red de seguridad del mercado.

Avancemos hasta 2025: la marea está retrocediendo. Los activos de la Fed han caído a 6,6 billones de dólares, su nivel más bajo desde abril de 2020. Esa cifra puede sonar como progreso, pero el contexto importa. Todavía son 2,45 billones más que los niveles previos al COVID, un 59% por encima de la “normalidad” de referencia. En otras palabras, la Fed ha dado un paso atrás, pero sigue dentro de la arena.

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